RADIOGRAFÍA DE PELVIS

La radiografía de pelvis es un examen de diagnóstico por imagen que emplea rayos X para generar una representación detallada de las estructuras internas.

La radiografía de pelvis es un procedimiento que permite detectar y evaluar lesiones y patologías en los huesos, articulaciones y tejidos blandos de la zona.

Preguntas Frecuentes

La radiografía de pelvis es un examen médico que utiliza rayos X para obtener imágenes de los huesos y estructuras de la pelvis. Este procedimiento es útil para diagnosticar fracturas, dislocaciones y otras afecciones óseas.

Durante el examen de imagenología, un generador emite un haz de rayos X que atraviesa la pelvis. Los huesos, al ser más densos, absorben la radiación y aparecen en blanco, mientras que los tejidos blandos se muestran en tonos más oscuros.

Es un procedimiento seguro, con tecnología diseñada para reducir la exposición a la radiación y proteger al paciente.

La radiografía de pelvis es una herramienta fundamental para el diagnóstico de diversas patologías que afectan tanto los huesos como las articulaciones y tejidos blandos de la región pélvica.

Se suele recomendar este tipo de estudio especialmente tras situaciones traumáticas, como caídas o accidentes automovilísticos, con el objetivo de identificar posibles lesiones o anomalías en esta área del cuerpo.

Este procedimiento permite a los especialistas detectar enfermedades reumáticas que comprometen la cadera, así como inflamaciones en la zona de unión entre el sacro y el ilion, condición conocida como sacroilitis. Además, es útil en el diagnóstico de artritis en la articulación de la cadera, una patología que puede limitar la movilidad y generar dolor significativo.

Otro propósito crucial de este examen es detectar fracturas pélvicas, que pueden generar complicaciones graves si no se tratan, y diagnosticar espondilitis anquilosante, una enfermedad que causa rigidez progresiva en la columna y la articulación sacroilíaca.

Para llevar a cabo una radiografía de pelvis, se te entregará una bata médica para que te cambies de ropa. Una vez que estés listo, deberás acostarte boca arriba sobre una camilla diseñada específicamente para este tipo de procedimientos.

De acuerdo a lo que el médico necesite evaluar, el tecnólogo médico solicitará que te posiciones de diferentes formas, como girar levemente o adoptar una posición lateral.

Durante el examen es importante que permanezcas inmóvil y, en algunos momentos, puede que te pidan que contengas la respiración por unos segundos para evitar que las imágenes resulten borrosas. El profesional se situará detrás de una pantalla protectora o en una sala adyacente, desde donde activará la máquina de rayos X para obtener las imágenes necesarias.

Este proceso es rápido e indoloro. El equipo está diseñado para minimizar la exposición a la radiación, lo que garantiza que el procedimiento sea seguro tanto para ti como para el personal médico.

Una radiografía de pelvis suele tardar entre 10 a 15 minutos aproximadamente.  

Los resultados de tu radiografía de pelvis estarán disponibles el próximo día hábil, a partir de las 17:00 horas.

Un radiólogo revisará cuidadosamente las imágenes y, una vez completado el análisis, discutirá contigo los hallazgos para determinar el plan de tratamiento más apropiado en función de los resultados obtenidos.

Para realizar una radiografía de pelvis es necesario seguir algunas indicaciones simples. Debes asistir al examen con ropa cómoda y fácil de quitar, ya que se te proporcionará una bata médica.

Antes del procedimiento, asegúrate de retirar cualquier objeto metálico, como joyas, cinturones o piercings que puedan interferir con la calidad de la imagen.

También es importante informar al personal médico si tienes alguna condición de salud relevante o si estás embarazada, para tomar las precauciones necesarias.

Valor de una radiografía de pelvis

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