Las posibilidades de recuperación, luego de un diagnóstico de cáncer de mama son muy altas, incluso con metástasis.
Una de las dudas que generalmente tienen mis pacientes es, cómo pueden prevenir el cáncer de mama. Y su respuesta es muy clara: averiguar si existen antecedentes familiares o mutaciones heredables de cáncer de mama y, por otra parte, a partir de los 40 años, realizarse una mamografía anualmente.
Dentro de los factores de riesgo, está la edad, mutaciones genéticas, el historial reproductivo, como también, tener una densidad mayor de mamas, presentar antecedentes familiares o personales de cáncer de mama o de ovario. Para realizar un diagnóstico, analizamos los antecedentes familiares, los síntomas, un examen físico de la mama y exámenes iniciales como mamografía y ecografía mamaria.
Las patologías que más se repiten son el carcinoma ductal y lobulillar, siendo el primero el más frecuente. Desde otro punto de vista, están los que dependen de hormonas, los Her2 positivo y los triple negativo, que tienen tratamientos distintos.
Al contrario de la percepción que se tiene, una vez diagnosticado un cáncer de mama, las posibilidades de recuperación son muy altas, incluso con metástasis. Las pacientes tienen expectativas de vida muy buenas, a pesar de los cambios físicos que conlleva el tratamiento.
Por lo mismo, siempre es importante estar atentas a los cambios físicos de las mamas, si aparecen nódulos, secreciones, retracción o cambios en la piel, ya que una detección temprana y el trabajo multidisciplinario del Cirujano-Oncólogo-Radioterapeuta permite, en la mayoría de los casos, conservar la mama. Otro factor que facilita un mejor diagnóstico es la tecnología radiológica actual, ya que aumenta la exactitud y logra evitar la extirpación de la mama.
Finalmente, si existe la sospecha de padecer esta enfermedad, recomiendo que enfrenten el miedo y consulten con un especialista para saber si portan el gen, hacer un seguimiento adecuado de la familia y hacer un diagnóstico oportuno.